martes, 21 de mayo de 2013
DEL PRÓLOGO DE ANTONIO MUÑOZ MOLINA
"Quizás porque es un hombre de formación anglosajona, Delfín Carbonell cree en el valor de la claridad y de la precisión, en la belleza de esa música plena de significados que es el idioma y que está no solo en las palabras y en su orden sino en la puntuación, en el uso adecuado de las comas, en la decisión de no descuidarse nunca, nunca, de llamar al pan pan y al vino vino, y de hacerlo sin esa aspereza bronca que tanto espantaba a Juan Ramón Jiménez y a Miguel de Cervantes."
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario