La urbanidad no es solo cuestión de maneras sociales, sino también de maneras lingüísticas, de formas de expresarse, de consideración hacia los demás con las palabras que empleamos.
La escritura es siempre más formal que el habla, especialmente si esta trata de materias serias o de altos vuelos. No emplearemos, por lo tanto, el mismo vocabulario para escribir una carta solicitando empleo o en una carta a un pariente cercano o una misiva de amor.
Por ejemplo:
¿Qué escribiría usted?:
• Distinguido profesor: He leído su libro que me ha parecido guay.
• Distinguido profesor: He leído su libro que me ha parecido maravilloso.
• Su señora esposa es una mujer de gran belleza, simpatía y nos llevamos bien.
• Su mujer está muy buena, y tiene cada golpe… y tenemos buen rollo.
• Ha metido usted la pata, Sr. Director.
• Se ha equivocado, Sr. Director.
• Le escribo para ver si me da usted ese sitio vacante que tiene porque tengo ganas de currar.
• Solicito la plaza vacante en su empresa porque estoy deseoso de trabajar
Más y mejor en ESCRIBIR BIEN PARA TORPES, de Delfín Carbonell, Anaya, 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario