miércoles, 15 de enero de 2014

LA OSCURIDAD EN LOS ESCRITOS

Los organismos oficiales dejan en manos de analfabetos e incultos leguleyos la redacción de leyes, normas y directrices. Debemos evitar frases como:
"Los actos de comercio, sean o no comerciantes los que los ejecuten, y estén o no especificados en este Código, se regirán por las disposiciones contenidas en él; en su defecto, por los usos del comercio observados generalmente en cada plaza; y a falta de ambas reglas, por las del Derecho común". Sería un buen ejercicio reescribir esto en español llano y comprensible.
"En caso de ejercicio del comercio por persona casada, quedarán obligados a las resultas del mismo los bienes propios del cónyuge que lo ejerza y los adquiridos por esas resultas, pudiendo enajenar e hipotecar los unos y los otros". Pues adiós, muy buenas.
La claridad no quita lo valiente y nunca cambia el significado de lo escrito.
Siempre escribiremos con claridad y evitaremos lo enrevesado, oscuro o imposible.
Tampoco es tan difícil.

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