viernes, 24 de mayo de 2013

LA PERÍFRASIS O CIRCUNLOQUIO

Por alguna ley oculta e ignota, que solo las neuronas saben, los humanos en todas las lenguas tratamos de emplear más palabras de las necesarias para comunicarnos. Rara vez vamos al grano y preferimos los rodeos, empleando más palabras de las que necesitamos, para expresar algo que hubiera podido decirse brevemente. A esto lo llamamos perífrasis o circunloquios. Es este un vicio feo que deberemos desterrar de nuestros escritos. No use tres palabras si una expresa la idea igual.
Unos  ejemplos:
Ser objeto de una agresión, agredir: "Fue objeto de una agresión en un café de Bogotá" Gabriel García Márquez, Vivir para contarla, 2002.
Tener mucha confianza en, confiar en: "Él sigue teniendo mucha confianza en las investigaciones financieras del inspector Sangüesa". Alicia Giménez Bartlett, Serpientes en el paraíso, 2002.
Echar la culpa a, culpar: "echar la culpa a los demás" Álvaro Pombo, El héroe de la Mansardas de Mansard, 1983.
Darse a la fuga, fugarse: "… dándose a la fuga sin remedio..." Arturo Pérez Reverte, El maestro de esgrima, 1988.

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