sábado, 7 de diciembre de 2013

ORTEGA, MARAÑÓN Y LOS LIBROS SUPERFLUOS

Decía Ortega y Gasset, y cito de memoria, que una obra de caridad era no escribir libros superfluos. Lo superfluo debería erradicarse, digo yo. Y don Gregorio Marañón añadió algo importante: "…silencio, que es una virtud, no siempre fácil de guardar, y que a casi todos los españoles convendría que nos pudieran echar en cara". (Raíz y decoro en España, 1952.) Silencio en la escritura también.
No sería mala idea analizar cualquier escrito nuestro así:
¿Aporta algo nuevo?
¿Puede el lector aprender algo de este escrito mío?
¿Es fácil de comprender?
¿Tiene las palabras justas?

Que nadie nos saque los colores echándonos en cara nuestros defectos.

De estos asuntos trato en ESCRIBIR BIEN PARA TORPES, de Anaya, 2013.

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