Los calificativos
"califican" y matizan palabras o frases, y pueden ser adjetivos o
adverbios que introducen nebulosas en nuestro lenguaje que lo tornan umbrío, impreciso
y escurridizo. Tratemos de ser todo lo precisos, exactos y meticulosos que
podamos
El uso constante de estas
palabras calificativas, cuantificadoras, minimizadoras, debilita nuestras ideas
al tornarlas difuminadas y vagas. No nos avisan de su imprecisión y pululan por
dondequiera, especialmente en el habla de tertulianos y periodistas que tienen
el prurito de precisar sin percatarse de que logran todo lo contrario.
Es necesario estar alerta y
evitar su uso indiscriminado en la conversación formal, y especialmente en
nuestros escritos, para cercenar sus efectos debilitantes.
Deberíamos tratar de
mejorar la manera que trasmitimos nuestras ideas y no forzar las frases o
palabras con "añadidos" que en nada mejoran lo expresado. Esto es
importante (no "muy" importante.) La hipérbole, la exageración, ronda tras estos calificativos: mil
gracias, mil perdones, te mando un millón de besos, siempre te querré, nunca
cruces la calle con los ojos cerrados, tengo poco tiempo.
• Siempre: Es una palabra
peligrosa que empleamos con alegría. Siempre es mucho tiempo, una eternidad.
"Siempre trataremos de ser corteses con las señoras" se expresa mejor
sin ese siempre: "Trataremos de ser corteses con las señoras".
• Nunca: Otra palabra
peligrosa que empleamos sin reflexionar: "Nunca insultes a los
ancianos" es mejor "No insultes a los ancianos".
• A veces: A veces es una
expresión tan vaga, tan poco exacta que dice poco: "A veces tengo
sueño". No sabemos qué quiere decir: ¿Todos los días?, ¿Por las tardes?,
¿Tres veces a la semana?
• Poco: Poco no expresa
nada concreto: "Tengo poco tiempo" no indica la cantidad exacta: ¿dos
horas?, ¿diez minutos?
• Algunos: "Algunos
dicen que la economía está mejorando" equivale a no decir nada. ¿Quiénes
son esos algunos? ¿Cuántos son?
• Todos: Puede ser una
palabra que indique algo: si hay veinte personas y todas salen, sabemos que
"todos" son veinte. Pero en "todos compran en esa tienda"
es mucho decir.
• Nada: Se emplea mejor
en frases hechas: "No quiero nada", "no me gusta nada".
• Un cierto: Noté un tufillo
a sobaquina. Noté un cierto tufillo a sobaquina. "…es fácil
encontrar un cierto tufillo electoralista" El País, 28/08/1977. "Ahí
lo de la singularidad despedía un cierto olor a excusa". Álvaro Pombo, El
metro de platino iridiado, 1990. "y le increpa, con un cierto tono
acusatorio". Vicente Molina Foix, Los abrazos del pulpo, 1984.
• Bastante: Este programa
es interesante. Este programa es bastante interesante. ("…son los
temas y los subtemas de una película bastante interesante" La Vanguardia,
02/11/1995. "Es bastante guapa". Carmen Martín Gaite, Nubosidad
variable, 1992.)
• Muy: Indalecia es guapa y esbelta.
Felisa es muy guapa y muy esbelta. "La mujer de mi edad, muy
gorda aunque guapa de cara y bien arreglada" Carmen Rico Godoy, Cómo ser una mujer y no morir en el intento,
1990.
Trato este tema en mi ESCRIBIR BIEN PARA TORPES, Anaya, 2013. Prólogo de Antonio Muñoz Molina e ilustraciones de Forges.
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