abismo insondable
— El gran ilustrado español Gaspar Melchor de Jovellanos,
(1744-1811), literato, economista y político nos da la primera cita de este
cliché: “...arrastradas en la impetuosa corriente del tiempo, se van
sucediendo atropelladamente y desaparecen y caen con todos sus monumentos en
el abismo insondable de la eternidad!”
Insondable, según el Clave2, es “imposible de
averiguar o conocer a fondo”. También nos dice que “abismo” es lo que es
insondable, incomprensible o inmenso, lo que complica un poco nuestras
pesquisas lingüísticas, al dar a entender que ambos vocablos tienen casi el
mismo o parecido significado en este caso. Misterios de la lexicografía; o
misterios del trabajo en equipo sin cabeza dirigente.
De “frases ambiguas” y de
“conceptos vacíos” nos habla el gran Julio Casares en su cita, al tiempo que
escribe nuestro cliché, sin percatarse, supongo, y nos dice, con énfasis mío:
“... si desde aquí nos remontamos hacia las manifestaciones más elevadas del
fenómeno mnésico, pronto cierra nuestro camino un abismo insondable, que
en vano trata de salvar la ciencia positiva tendiendo a modo de pasadera frases
ambiguas o conceptos vacíos.”
Cliché éste que deberíamos desterrar de
cualquier escrito con pretensiones de seriedad. No consta, claro, en los
diccionarios generales ni fraseológicos.
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